La Santa Muerte
Santa Muerte , Santísima Muerte o Muerte
es una
figura popular mexicana que personifica la muerte y es objeto de culto.
Recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así
como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte
de sus fieles. Por eso, diversas iglesias como la católica, bautista,
presbiteriana, metodista, entre otras, rechazan y condenan su
veneración, considerándola diabólica. Y por lo tanto no puede
considerarse Santa ya que carece de las características principales para
ser llamada así, según la definición de la palabra
En
ocasiones su culto es vinculado a distintos tipos de delincuencia como
el narcotráfico, prostitución, asaltantes y personas de distintos
estratos sociales que se dedican al comercio informal, ambulantaje o
piratería.
Historia:
La historia del culto tiene un largo proceso de evolución que se puede
dividir en dos etapas. Una larga etapa de gestación donde se fueron
conjugando los distintos elementos que va desde la época prehispánica,
pasando por el catolicismo de la época colonial, llegando hasta la mitad
del siglo XX.
Una rápida etapa donde el conjunto de estos elementos da a la figura su
actual apariencia; esto último achacado a un entorno de marginación
social, pobreza y delincuencia.
Origen sincrético
El
origen muestra detalles de un sincretismo
entre distintos elementos del culto prehispánico por los muertos, los
dioses aztecas y mayas relacionados y de la iglesia católica. Los
principales elementos encontrados que se pueden distinguir son los
siguientes:
- Ah Puch. dios maya rey de Xibalbá, el inframundo. Descrito como un esqueleto o cadáver con un rostro de jaguar (o búho) adornado con campanas;
- Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl. dios y diosa de la muerte aztecas, la oscuridad y el Mictlán "la región de los muertos".
- Día de muertos. Una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
- La Unción de los enfermos en la que se pide a Dios una "muerte", es decir, "morir en amistad con Dios", en el caso de que el enfermo se encuentre en estado terminal.
- Apocalipsis. La Biblia coloca a la muerte como uno de los Jinetes del Apocalipsis en la primera parte del capítulo 6º del Apocalipsis, y la Muerte y el Hades en la última mitad del capítulo 20° del Apocalipsis.
- San Pascual o San Pascualito Rey En la religión católica, se refiere a San Pascual Baylón; originado en Guatemala y el Estado Mexicano de Chiapas, se representa como un esqueleto humano coronado. Ha sido objeto de rechazo de la propia religión Católica desde su origen y su culto prohibido por la Inquisición y rechazado hasta hoy, en que persiste su veneración, al igual que la "Muerte", se le adicionan colores en las ropas con que se represente o en las velas que se le ofrendan, que representan las diversas peticiones favorables o adversas, según sea el caso.
- La Muerte. En la cultura helénica y occidental desde tiempos remotos existe en la mitología la figura de la Muerte. La imagen de la muerte personificada que se ha hecho más popular es la de un esqueleto con una guadaña y, en ocasiones, con una túnica negra que lo cubre desde la cabeza hasta los tobillos. En la iconografía de tal figura se pueden ver claramente estos elementos en el culto actual.
Detalle del culto prehispánico
Las
raíces de la creencia datarían de la época prehispánica, bajo el nombre
de Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl como el dios y diosa de la muerte,
la oscuridad y el Mictlán
"la región de los muertos" (se manejaba un concepto de dualidad en la
religión azteca). A este lugar iban los hombres y mujeres que morían de
causas naturales. Pero el camino no era fácil. Antes de presentarse ante
el Señor y Señora de la muerte había que pasar numerosos obstáculos;
piedras que chocan entre sí, desiertos y colinas, un cocodrilo llamado
Xochitonal, viento de filosas piedras de obsidiana, y un caudaloso río
que el muerto atravesaba con la ayuda de un perro que era sacrificado el
día de su funeral (Xoloizcuintl). De esta rama se puede asociar el
animismo prehispánico con el variado santoral católico, al estilo de la
santería cubana, que combina tradiciones animistas africanas con el
catolicismo.
En la tradición,
se le entregaba a los dueños del inframundo ofrendas. Este detalle es
muy importante ya que con el tiempo estas ofrendas seguirían presentes
en los altares de la Muerte.
Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl
fueron sin lugar a dudas las deidades a quienes se encomendaban a los
muertos pero también eran invocados por todo aquel que deseaba el poder
de la muerte. Su templo se encontraba en el centro ceremonial de la
antigua ciudad de Tenochtitlán.
Algo de estas creencias prehispánicas aún sería latente en la cultura
popular mexicana, concretizándose así en este culto, el cual el 1 de
noviembre o Día de Muertos,
se festeja el día con los antepasados muertos, o la idea de que a los
muertos no hay que recordarlos con tristeza, si no con alegría como
ellos vivieron, por lo que es muy popular el llevar música bailable a
los entierros.
En la santería la Muerte se sincretiza con Oya y en Palo Mayombe con Centella Ndoki.
Origen moderno en la cultura popular
El culto de la Muerte se remonta a 1795, cuando los indígenas
adoraban un esqueleto al que llamaban Muerte en un poblado del centro
de México y hay testimonios de que este culto permaneció oculto en los
últimos dos siglos.4
La leyenda popular, que se supone transmitida de boca en boca,
indicaría que este culto haya estado naciendo alrededor de los años
sesenta. Cuando en Catemaco, Veracruz, México,
un local vio la figura de la Muerte dibujada en las tablas de su choza.
Fue a pedirle al cura local que verificara la imagen y la canonizara,
pero este se negó rotundamente tachándola como rito de satanismo, de ahí
que este culto se difundiese de persona a persona, sin tener una
organización fija, por el temor a ser visto como satánico. Por lo menos,
hasta el día de hoy.
A ella se daría a conocer el culto en el estado de Hidalgo, México, en el año de 1965.
La Muerte es así adorada o venerada sobre todo por personas que
cotidianamente ponen en riesgo su vida; pero los habitantes urbanos de
hoy en día, también invocan a esta figura para la protección y la
recuperación de la salud, artículos robados, o aun miembros secuestrados
de la familia. La similitud con el culto a San La Muerte
Paraguayo/Argentino se evidencia en esta solicitud de aquellos que
ponen en riesgo su vida; también en el culto sudamericano se pide a San
Muerte por una muerte no violenta ni dolorosa.
La Muerte puede ser representada como una figura masculina o
femenina; de forma masculina lo visten de manera tenebrosa, con guadaña y
un rosario. Otras ocasiones, la Muerte es femenina, vestida con una
túnica larga blanca de satín y una corona de oro.
Actualidad
En el año 1992 el presidente Carlos Salinas de Gortari
emprendió reformas a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público
con la finalidad de mejorar las relaciones entre el estado y los
distintos tipos de religiones, otorgando mayores libertades por medio de
modificaciones que les permitirían gozar de personalidad jurídica.
La mayor libertad de ejercer un culto desde 1992 y la crisis económica de México de 1994,1 desencadenaron el deterioro de las condiciones sociales provocando marginación, pobreza y delincuencia
aunados con un aumento del fervor por nuevos cultos, mismos que le
permitieron a la Iglesia Católica Tradicional y al culto de la Muerte
emprender su crecimiento independientemente. Pero en algún punto, no muy
bien esclarecido, los dos cultos que independientemente crecían se
vieron reforzados y se fusionaron en una forma de conveniencia.
Durante
el año 2000 la Iglesia Santa Católica Apostólica Tradicional Mex-USA
(ISCAT Mex-USA) solicita formalmente su registro a la Secretaría de
Gobernación (SEGOB), omitiendo en tal solicitud el culto a la imagen de
la "Muerte". El registro es otorgado el 4 de abril de 2003
empezando a mostrar un crecimiento considerable de su presencia en los
medios de comunicación a lo largo de todo el territorio nacional
valiéndose de la imagen de la Muerte, misma que declararon como figura
de veneración en una fecha posterior a la obtención del registro durante
el 15 de agosto de 2003.
Tal
adopción ideológica por parte de la ISCAT Mex-USA, según algunos
afirman, se puede deber a que la separación de la imagen de la
advocación mariana (Virgen de Guadalupe), de la psique del mexicano es
tan difícil de lograr por parte de las religiones que niegan la
Inmaculada Concepción o la Asunción Mariana que para poder competir con
la Iglesia Católica en México tuvieron que encontrar en la Muerte una
especie de sustituto femenino para penetrar en la población.1 De hecho es tal la confusión que muchos creyentes también le llaman de forma cariñosa “virgencita”.
A
la par con la desregulación durante los gobiernos de alternancia en
México se vio un incremento de las fuerzas y pugnas entre los carteles
del narcotráfico y entre los carteles y el estado. Muchos atribuyen
también el aumento de seguidores al culto debido a una apología popular
(narcocorridos) de los grandes jefes de la droga o de secuestradores, de
los cuales también se cuentan muchos seguidores de la "Muerte" como
Osiel Cárdenas Guillén o Daniel Arizmendi López.
El 29 de abril de 2005
la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la SEGOB emitió en
su boletín número 87 que el culto practicado por la Iglesia Católica
Tradicional Mex-USA infringió los estatutos dispuestos en el Artículo
29, fracción VIII de la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público
de México, haciéndose acreedores del retiro de registro por parte de tal
dependencia.5
Oficialmente tal disposición fue resultado de una denuncia expuesta por
Noé Guillén Ibáñez, anterior ministro del mismo culto, quien había sido
expulsado por sus propios compañeros debido a confrontaciones de índole
personal con otro ministro.6
El retiro de tal registro tendría las siguientes consecuencias para el culto:
Pérdida de la personalidad jurídica, que a su vez conlleva la pérdida de lo siguiente:
- El derecho de integrar patrimonio propio.
- El derecho de celebrar actos jurídicos.
- El derecho de internar al país ministros de culto de nacionalidad extranjera.
- El derecho de transmitir y/o difundir actos de culto religioso a través de medios masivos de comunicación.
Ideales del Venerador
Además es un culto que ve a la muerte como algo innegable en la vida,
una ley natural y que se tiene que aceptar. Se entiende a la muerte
como un ser sufriente que se encarga de un trabajo penoso, que se le dio
un gran poder pero una carga aún más grande. Recibe su poder de Dios, a
quien obedece, al ser la muerte un elemento indispensable para la vida.
Bajo esto se ve a la Muerte más como un ángel que como cualquier otra
cosa.
"La muerte es justa y pareja para todos pues todos vamos a morir".
Este es el ideal principal de la personalidad que se entiende de la
Santísima (como también se le conoce) por lo que cuando se pide algo se
sobreentiende que no es recomendable pedir nada negativo para una
persona. Al pedir algo a la Santísima se puede o no ofrecer alguna
ofrenda a cambio, mismas que pueden variar en todo sentido, pueden ser
desde algo material como veladoras o mejoras al altar o cosas simbólicas
como el cantarle, "echarse un tequila juntos", sacarla a pasear o
vestirla de fiesta, también son válidas cosas como hacer las paces con
algún familiar, cambiar algún habito o cualquier cosa que dicte el
corazón e imaginación del orante. La Santísima espera que se le cumpla
lo que se le dice, por lo que es más recomendable no ofrecer nada a
cambio del favor que ofrecer algo que no se tiene la seguridad de
cumplir o que puede ser olvidado.
El trato que se tiene a las imágenes de la Muerte y el culto en
general es un trato más de sinceridad y compañía, algo muy diferente del
habitual temor a los rituales religiosos. El caso es tratar a la imagen
como un miembro más de la familia y mostrarse ante ella sin temerle ni
faltarle el respeto.
Cuando una persona se informa sobre el culto, la primera información
que recibe es que se debe retractar antes de iniciar, si es que tiene
algún temor al respecto y que nunca deberá faltarle el respeto a la
Santísima. El trato que debe de recibir debe ser el mismo que se le da a
una persona real por lo que es muy común poner dulces en los altares,
que se platique con la imagen en voz alta, o que se tome junto a los
altares. Se trata de hacer con la Santísima lo mismo que con los amigos
más respetados que tenemos.
Un venerador tiene como ideales el evitar toda actitud que límite la
vida humana, como los miedos, las tristezas, el odio, envidias, etc.
Psicológicamente, desde que se empieza a analizar los miedos y a irlos
perdiendo, ya sea confrontándolos o aceptándolos como es el caso del
hecho de que vamos a morir, la persona tiende a reflexionar más sobre lo
que en verdad quiere de la vida y las cosas que lo hacen feliz.
Este culto se basa en el respeto, así que no va en contra de ninguna
religión, aunque en el caso de la cristiana, esta va en contra del culto
a la muerte pues cuando Cristo resucitó al tercer día, la venció para
quitarle su poder sobre la humanidad y así podamos tener resurrección
juntamente con Cristo.
Formas de culto
Las
estatuas tenebrosas se hacen en colores rojo, blanco, y negro
(para el amor, la suerte, la protección, respectivamente). Las ofrendas a
la Muerte incluyen flores, tequila, comida e incluso tabaco y
marihuana. Las capillas públicas a la Muerte se adornan con rosas y
botellas de tequila, y se encienden velas en su honor.
Iglesia de la Muerte.
Curioso nombre de una antigua iglesia católica en el sur de Italia.
En México los principales elementos característicos de la estatuilla
de la "Muerte" son una balanza que representa la justicia, una guadaña
con la que cosecha las almas y un pequeño mundo que carga en una de sus
manos representando su impacto en el mismo, y un reloj de arena que
señala el paso del tiempo. La figura es humanoide andrógina aunque
tiende a tener más semejanza con la figura femenina, esto debido a la
idea de que si nacimos de una mujer, morimos por una. Es un esqueleto
cubierto con una túnica que cubre todo menos la cara y las manos.
En la frontera entre México y los Estados Unidos se hacen y se venden
al público novenas de la Muerte, medallas, y velas. De manera similar a
otras culturas alrededor del mundo, las figuras de viejos cultos en
México están sincretizados a veces como santos.
Por otra parte, puede representar simplemente una reinterpretación
religiosa de la gente tradicional y católicos, ortodoxos practican el
rezo para recibir una muerte bendecida en un estado de tolerancia. Sus
rezos, oraciones, y los novenas contienen a la Santísima Trinidad.
Mientras que existe una cierta visión de la Muerte como figura de la
magia negra, existen otras opiniones de ella como, específicamente, un
santo católico digno de veneración.

Las deidades de la muerte
Los mexicas heredaron de épocas antiguas a dos dioses: mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, el señor y la señora del Mictlan la región de los muertos. a este lugar iban los hombres y mujeres que morían de causas naturales. pero el camino no era fácil. Antes de presentarse ante el señor y señora de la muerte había que pasar numerosos obstáculos; piedras que chocan entre sí, desiertos y colinas, un cocodrilo llamado Xochitonal, viento de filosas obsidianas, y un caudaloso río que el muerto atravesaba con la ayuda de un perrito que era sacrificado el día de su funeral.
Finalmente el difunto llegaba ante la presencia de mictlantecuhtli y mictecacihuatl, los terribles señores de la oscuridad y la muerte. La tradición dice que entonces se le entregaba a los dueños del inframundo ofrendas. Este detalle es muy importante ya que con el tiempo estas ofrendas seguirán presentes en los altares de la santa muerte.
Mictlantecuhtli y mictecacihuatl fueron sin lugar a dudas las deidades a quienes se encomendaban a los muertos pero también eran invocados por todo aquel que deseaba el poder de la muerte. Su templo se encontraba en el centro ceremonial de la antigua ciudad de México Tenochtitlan, su nombre era Tlalxico que significa “ombligo de la tierra”, hileras de cráneos.
Había
otras representaciones de la muerte entre los mexicas. por ejemplo el
Tzompantli, “hileras de cabezas”. Este Tzompantli no era otra cosa que
unos palos en donde se ensartaban cráneos y se formaban grandes hileras
como en los ábacos utilizados por los niños para contar.
Estos
Tzompantlis se encontraban en los grandes templos del México antiguo y
eran considerados como una parte importante del culto de sacerdotes y
gente común. Además de los Tzompantlis tan conocidos y famosos también
existían diferentes representaciones de la muerte representados casi
siempre en figuras de calaveras talladas en piedra, en barro, o
bellamente pintadas en los libros antiguos llamados códices.
También se han encontrado calaveras humanas adornadas con pedernales y conchas por ojos. los especialistas no se han puesto todavía de acuerdo sobre el significado de estas calaveras pero suponen que era una ofrenda a los señores de la muerte. así, por donde quieran aparecen los rastros de la muerte descarnada, están en los adornos de la diosa Coatlicue, en las ofrendas en incensarios rituales, en figuras de todo tipo y tamaño.
Todo
esto nos dice que hubo un culto muy fuerte a la muerte entre los
antiguos mexicanos. y conste que no hemos hablado de los mayas, los
tarascos o los totonacos que tan devotos fueron de la muerte. Conocidos
también como aztecas, los mexicas mantenían como parte de sus creencias
al culto de dos dioses, Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, "señor " y
"señora" de la oscuridad y la muerte, a quienes no sólo se les
encomendaba los difuntos, sino que también se les invocaba para
conseguir otros favores relacionados con la muerte.
La
colonización española logró disminuir el culto a la muerte, pero no
erradicarlo, de manera que permaneció oculto hasta el siglo XIX, cuando
ocurrió un resurgimiento en su devoción. Al principio del ciclo pasado
diferentes personas, entre ellas católicas, mandaron a quemar toda
imagen de la Santa Muerte en América, principalmente Centro y Sudamérica, para acabar con dicho culto. Una
de las imágenes que sobrevivió a dicha destrucción es la que se
encuentra en Chiapas, le rinden culto a un esqueleto de madera el cual
tiene su templo, según el relato de los creyentes es una replica del
esqueleto de San Pascualito, quien va por las personas después de
morir.
El culto contemporáneo a la Santa Muerte
apareció en Hidalgo, en 1965. Y está arraigado en el estado de México,
Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Campeche, Morelos y el Distrito Federal.
Últimamente en Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. La Santa en México
ha tomado vuelo y se encumbra a las alturas de la Virgen sagrada de Guadalupe.
La 'Santa Muerte', imagen adorada en México
Son
muchas las representaciones que existen de la muerte, así como nombres
que tenido a lo largo de la historia, ya que muchas culturas la han
adorado; en la actualidad es la imagen esquelética vestida con una
túnica la imagen que la representa, se puede encontrar de diferentes
colores cada uno simboliza algo en particular.
Dependiendo
de la petición del fiel, es el color de la muerte que se debe de
escoger para colocar en el altar: Blanca, salud; negra, fuerza y poder;
morada, para abrir caminos; café, para embocar espíritus del más allá;
verde, para mantener unidos a los seres queridos; roja, para el amor y
la amarilla, para la buena suerte.
Se dice que su día oficial es el 15 de agosto, declarado como "Día de la Santa Muerte" por sus fieles.
Aunque la Iglesia Católica condena esta veneración, denominándola como "pecaminosa", algunos asocian esta práctica con la Iglesia. Mientras tanto a la mayoría de sus seguidores parece no importarle la contradicción entre su religión y el culto pagano a "La Santa".
Por ello, se organizan rituales similares a
los cristianos, incluyendo procesiones y oraciones con el fin de ganar
su favor. Muchos hasta llegan a erigir su propio altar en su hogar,
oficina o negocio para sentirse protegidos por ella. El altar suele
consistir de una estatuilla cuyas medidas va de 15 centímetros
a tamaño humano, rodeada de distintas ofrendas, entre las cuales se
encuentran arreglos florales, frutas, inciensos, vinos, monedas, dulces y
golosinas, además de velas, cuyo color varía de acuerdo a la petición.
La gente acude a ella para pedirle milagros o
favores relacionados con el amor, la salud o el trabajo. Por otro lado,
también se le pide por fines malévolos, tales como la venganza y la
muerte de otros. Sus simpatizantes suelen identificarse al portar algún
dije o escapulario de su imagen, mientras que otros optan por llevar su
figura de manera indeleble, al tatuársela en la piel. Como elementos
indispensables se exigen los puros, los cuales deben estar
constantemente encendidos, y el imprescindible pedazo de pan. El
escritor y poeta mexicano Homero Aridjis, autor del libro "La Santa Muerte", ha seguido y ha documentado este fenómeno desde muy cerca.
Inicialmente su devoción era exclusiva de
criminales, incluyendo contrabandistas, pandilleros, ladrones y
prostitutas, quienes suelen hacerle peticiones, tales como el librarles
de las balas de la policía o de cualquier otro mal, como por ejemplo, la
cárcel.
Contradictoriamente, es fácil encontrar
devotos del otro lado de la ley, entre ellos militares y policías,
quienes piden una bendición para su pistola y sus balas. Incluso, la
devoción a "La Flaca"
se ha convertido en algo popular dentro de la elite política y
empresarial. Aquellos que acuden a su altar la veneran como si fuese una
santa, persignándose y rezándole para que se cumplan sus peticiones.
El apego a esta creencia (Entendemos como superstición a la creencia que tiene fundamento en causas sobrenaturales o desconocidas). Se
ha extendido al territorio estadounidense con la inmigración de varios
de sus discípulos, quienes afirman haber entregado su travesía a su
"santa", llevando entre sus ropas imágenes de ella para mantener su
continua protección. Debido a la creencia de
que prefiere no ser llamada por su nombre, se dice que la muerte
agradece si es nombrada con cariño con el uso de alguno de sus apodos
favoritos, tales como "La Comadre", "La Bonita", "La Flaca", "la Señora" o "La Niña".
La Santa Muerte es adorada y su rito ha sido prohibido y criticado por la Iglesia Católica,
una escultura de un cuerpo esquelético envuelto en una túnica; recibe
ofrendas como puros, alhajas y hasta vestidos de novia de quienes la
invocan para conseguir marido. El misticismo es una doctrina filosófica y
religiosa que admite la realidad de una comunicación directa y personal
con Dios por intuición o éxtasis. Hoy la veneración a esta deidad se
extiende por varias regiones del territorio mexicano, siendo
narcotraficantes y otros delincuentes sus más fervientes creyentes. Los fieles creyentes de la Santa Muerte
están en descontento. El gobierno mexicano canceló el registro al grupo
religioso bajo el argumento de que violó sus propios estatutos.
"Al
haber registrado un objeto de culto y dedicarse a otro, se afecta
gravemente el objeto de la asociación religiosa y se les retira el
registro en garantía de las personas que profesan esta confesión",
argumentó Armando Salinas Torre, subsecretario de Población, Migración y
Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.( Barranco, Bernardo,2005)
A pesar de que la Iglesia
de Roma siempre ha repudiado esta práctica, que antecede al
conquistador español Hernán Cortés, está integrada por 15 parroquias en
Los Ángeles, California, y una en México. El culto pagano a la Santa Muerte,
que recientemente ha cobrado popularidad, cuenta con dos millones de
creyentes en México y es venerada en el barrio de Tepito, en el centro
de la capital mexicana.
El significados simbólicos
La ropa que viste la Santa Muerte tiene un significado especial. En primer lugar
está su túnica que la cubre de la cabeza a los pies. Su simbolismo es sencillo
pero profundo. Es la forma en que ocultamos nuestra verdadera apariencia tras
otra. Así como la tela cubre al esqueleto que representa a la Señora, así
nosotros ocultamos con nuestra carne el interior, aquello que nos delata como
humanos y que tratamos por todos los medios de disfrazar.
está su túnica que la cubre de la cabeza a los pies. Su simbolismo es sencillo
pero profundo. Es la forma en que ocultamos nuestra verdadera apariencia tras
otra. Así como la tela cubre al esqueleto que representa a la Señora, así
nosotros ocultamos con nuestra carne el interior, aquello que nos delata como
humanos y que tratamos por todos los medios de disfrazar.
Con ropaje elegantemente decorado y del tamaño de una persona, la imagen de la Santa Niña
Blanca muestra su guadaña mientras sostiene al mundo sobre la palma de
la mano izquierda, en una vitrina colocada en la entrada de la Parroquia de la Misericordia, ubicada en la Colonia Morelos.
Pensemos que una cara bella lo es por la piel y el color de la misma. Pero si
escarbamos hallaremos la calavera que en poco se distingue de la que trae
nuestro vecino, nuestro compañero del trabajo, nuestro mejor amigo o nuestro más odiado enemigo. De allí que la túnica de la Santísima sea la cubierta, el
disfraz con que la Santísima oculta el destino que todos llevamos en nuestro
cuerpo. En la mayoría de las representaciones la túnica de la Señora es blanca.
La Guadaña. Este
instrumento de labranza representa la justicia implacable, no de ella si
no del ser supremo que gobierna y rige la vida de todos, es la
naturaleza misma que nos impone morir un día para cumplir con el ciclo
iniciado al nacer. Todo cae finalmente bajo la guadaña de su muerte. y
su vez esa hoz larga y siniestra, nos indica que en el camino de la
muerte no hay distinciones. Es signo de equidad y armonía. escarbamos hallaremos la calavera que en poco se distingue de la que trae
nuestro vecino, nuestro compañero del trabajo, nuestro mejor amigo o nuestro más odiado enemigo. De allí que la túnica de la Santísima sea la cubierta, el
disfraz con que la Santísima oculta el destino que todos llevamos en nuestro
cuerpo. En la mayoría de las representaciones la túnica de la Señora es blanca.
El Mundo. Su significado es muy claro, la señora no tiene fronteras está en todo lugar y no distingue entre los diferentes hombres que habitan La tierra, pues toda esta es suya.
La Balanza. Este instrumento es una clara alusión ala equidad, la Justicia y la imparcialidad. También representa la voluntad divina. Normalmente la balanza se usa para realizar un trabajo o para indagar la verdad sobre un suceso.
El reloj de arena. Es la medida de tu vida sobre la tierra, es un reloj de arena porque basta con girarlo para volver a comenzar. Esto es muy importante ya que tu vida, como la de todos, es cíclica la muerte es solo un cambio, algo semejante a voltear el reloj y comenzar de nuevo.
El estudio de la Santa Muerte
El culto a la Santa Muerte
ya es un fenómeno social que espera ser estudiado a profundidad. La
creciente devoción se ha nutrido de un vastísimo sincretismo religioso
mexicano que entreteje las raíces prehispánicas con el catolicismo
barroco español y trazos de santería.
La identidad de la Santa Muerte
es heterogénea y ambigua porque esta deidad refleja y es expresión de
sectores excluidos por la sociedad como es el mundo de la economía
informal. Particularmente en los últimos 15 años se ha generado una
multiplicación de centros de veneración, casas y templos improvisados y,
sobre todo, alto consumo de artículos relacionados con imágenes,
fetiches y representaciones que se venden en mercados populares, como el
de Sonora en la ciudad de México, y en tianguis. Ahí se pueden comprar
yerbas, veladoras y artículos religiosos para combatir el "mal de ojo" y
brujerías inimaginables.
La devoción a la Santísima Muerte
aparece en el comercio popular junto con las imágenes de los santos
tradicionales, se manifiesta como una advocación contendiente y
alternativa al catolicismo popular. A través de un sincretismo religioso
funde antiguos cultos mesoamericanos a la muerte con chamanismos y
oraciones y rezos para pedir favores.
El retiro del registro como asociación religiosa a la Iglesia Católica
Tradicional México-Estados Unidos, Misioneros del Sagrado Corazón y San
Felipe de Jesús volvió a colocar en el centro del debate el tema de la Santa Muerte. Según la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación dicha asociación cambió su objeto religioso de catolicismo tradicional con culto tridentino por la advocación a la Santa Muerte, violando el artículo 29 de la ley de asociaciones religiosas.
La
base social del culto está integrada por personas de escasos recursos,
excluidas de los mercados formales de la economía, de la seguridad
social, del sistema jurídico y del acceso a la educación, además de un
amplio sector social urbano y semirrural empobrecido. Hay que destacar
que parte importante del mercado religioso de la Santa Muerte está constituida por los ambulantes, sobre todo del Centro Histórico de la ciudad de México, así como por los circuitos del narcomenudeo, redes de prostitución, maleantes y carteristas.
Homero Aridjis destaca a propósito de su novela más reciente, La Santa Muerte,
que en ella se evidencian los dos México que concurren ante el
fenómeno: "El de la gente que pide favores o milagros para tener
trabajo, salud o comida, y el de los hombres del poder económico,
político o criminal, quienes curiosamente le solicitan venganzas o
muertes".
Existe,
pues, una plurifuncionalidad religiosa. Los actores que viven al margen
de la ley se han posesionado de la dimensión simbólica de la deidad: no
se trata solamente de la devoción popular de sectores socialmente
marginados de la sociedad, sino de actores emergentes de la exclusión
social. Muchos investigadores tienen la percepción de que la devoción
por la Santa Muerte
sustenta religiosamente a aquellos sectores delictuosos dominantes que
actúan al margen de la ley, creando códigos propios de organización y de
poder simbólico que los legitima en ciertos sectores de la sociedad.
Narcotraficantes,
ambulantes, taxistas, vendedores de productos pirata, niños de la
calle, prostitutas, carteristas y bandas delictivas tienen una
característica común: no son muy religiosos, pero tampoco ateos; sin
embargo, abonan la superstición y la chamanería. Crean y recrean sus
propias particularidades religiosas con códigos y símbolos que nutren su
existencia, identidad y prácticas. Así como los narcos han tenido cultos particulares, como Valverde, muchos otros grupos delictivos, como la Mara Salvatrucha, se han refugiado en la Santa Muerte,
imagen que los representa y protege porque es una deidad funcional,
acorde con sus actividades, ya que violencia, vida y muerte están
estrechamente unidas.
El
factor religioso es, entre otras, expresión de la vida cotidiana. Las
creencias reflejan de manera nítida las diferentes expresiones
culturales, políticas y la organización social vivida o deseada. El
culto creciente por la Santa Muerte manifiesta el tipo de país bipolar que hemos venido construyendo; la Santa Muerte
revela, asimismo, prácticas sociales subterráneas que existen muy a
pesar de lo que Pablo González Casanova denominó en los años 60 "las
buenas costumbres", es decir, la moral católica occidental predominante.
Los fieles
En la región del norte del país el culto a la Santa Muerte
está acompañado con la veneración a Jesús Malverde, el “Santo de los
Narcos”, cuyas imágenes aparecen continuamente en los domicilios que
catean las autoridades cuando detiene a grupos por tráfico de drogas.
En
los mercados populares de México, donde se pueden comprar yerbas,
veladoras y artículos religiosos para combatir el “mal del ojo” y todo
tipos de “brujerías”, la Santísima Muerte aparece junto con las imágenes de los santos tradicionales del catolicismo.
Se
pueden encontrar oraciones y rezos para pedirle favores, fundiéndose en
su sincretismo religioso con el catolicismo. Todo lo anterior provocó
que la Iglesia católica de México saliera a condenar el culto a la Santísima Muerte.
En su publicación oficial “Desde la Fe”, la Iglesia rechazó que forme parte de los santos de esa religión y advirtió a sus feligreses contra ese culto.
“Los
narcotraficantes siempre han sido muy religiosos, no son individuos
ateos. Al contrario son muy superticiosos”, aseguró José María Infante,
doctor en psicología y director de Investigación en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Nuevo León.
Infante agregó que “los narcos” siempre han tenido cultos muy particulares y encontraron en la Santa Muerte una imagen que los represente.
“Es
una figura que está muy acorde a sus actividades donde la vida y la
muerte están estrechamente unidas”, precisó José María Infante. Comentó
que los narcotraficantes son concientes que en esa actividad en
cualquier momento pueden morir, para ellos la vida y la muerte es una
experiencia cotidiana, porque saben que a veces tienen que matar o ser
asesinados.
Evidencia de crimen organizado
Este
culto se ha convertido en evidencia de que una persona puede estar
relacionada con el crimen organizado, aseguró el psicólogo. Destacó que
los narcotraficantes también pretenden en la Santísima Muerte una solución mágica a sus problemas.
Buscan
una protección por una imagen que los debe proteger precisamente de la
muerte, a la que están expuestos todos los días. Con el culto a la Santa Muerte pretenden también evitar un castigo absoluto después de perder la vida.
La
amplia difusión de la veneración a la muerte en la frontera norte de
México demuestra que el narcotráfico ha dejado de ser un problema
policiaco, ya que pasó a ser toda una forma de vida. En la frontera la
pelea contra el narcotráfico está perdida, porque ya nos son pequeños
grupos que se dedican a esta actividad, a los cuales se les podía
eliminar o controlar, añadió.
Ahora
es una cultura en donde salen como punta del iceberg los “narco
corridos” (canciones rancheras que cuentan las “hazañas” de
delincuentes) y también el culto a la Santísima Muerte.
A
mediados de 2004, en la carretera fronteriza Anáhuac-Nuevo Laredo,
Tamaulipas, fue incendiada y semidestruida una pequeña capilla dedicada a
la Virgen
de Guadalupe. Mientras que en la carretera Anáhuac-Lampazos, una ruta
muy utilizada por los narcos, fue construida una capilla en donde
sobresale una figura de casi un metro de altura de la "Santísima
Muerte".
La
capilla tiene además una fotografía de Jesús Malverde, "el Santo de los
Narcos", una imagen de Pancho Villa y como ofrenda cigarros de
marihuana.
Francisco Javier Cantú Romero, vocero de la Procuraduría General de la República (PGR) en Nuevo León, informó que en 2004 fueron capturados diversos narcotraficantes que tenían altares a la Santísima Muerte.
A finales de diciembre pasado la policía detuvo al líder de la banda
dedicada al narcotráfico conocida como "Los norteños", José Gil Caro
Quintero, y cuatro de sus cómplices en Guadalajara (Jalisco, oeste de
México). "Los norteños" fueron identificados por las autoridades
policiales como una banda dedicada al tráfico de drogas en Jalisco,
Morelos y Veracruz. A estos delincuentes les fueron incautadas armas de
fuego, entre ellas una pistola calibre 38, de oro, con pedrería y con la
figura de la Santa Muerte. "
El crecimiento del culto
Se
atribuye el crecimiento del culto a que "la gente no está preparada
para morir y está buscando aliados para que los cuide en ese último
trance". Las personas de la delincuencia organizada no se acercan a la Iglesia
ni a otras instituciones que tengan que ver con un carácter político
legalizado, aunque cabe mencionar que este culto se ha tratado de
legalizar mediante la obtención licencias en Gobernación y Hacienda.
La
iglesia Católica ha tenido una importante caída en las preferencias de
los acapulqueños: Mientras en la década de los años 90 al menos el 90
por ciento de la población profesaba dicha religión, en el 2000
solamente 74.67 por ciento se decía ser católico, según datos del INEGI,
en tanto que el número de sectas y cultos no católicos han ido en
aumento.
En ese contexto, en los últimos años el culto a la Santa Muerte ha ido en ascenso, el número de seguidores de esta creencia ha aumentado considerablemente.
Los irredentos devotos de la Santa muerte del Reclusorio
La Santa Muerte
tiene muchos fieles entre los presos. En el Reclusorio Norte, el de
mayor población del Distrito Federal, los reclusos jóvenes la han
elegido como "madrina" protectora por encontrarse en un lugar "lleno de
pecados", desesperanza y riesgos. La imagen, para muchos espantosa,
paulatinamente sustituye a la popular Virgen de Guadalupe.
Los muros del Reclusorio Norte niegan la
libertad de 8 mil 300 hombres, en su mayoría menores de 30 años. Ellos
no pueden salir. Con restricciones, sí se puede entrar, y sin pasar
aduana alguna, lo hizo la Santa Muerte.
El señor Fernando de Nova Luján que es
celador del Reclusorio Norte desde hace 22 años constató cómo desde hace
15 años, tímidamente, se pintaba la imagen de la muerte en la pared de
alguna celda. Pero desde hace tres años se dio “un auge terrible con los
altares; la mayoría ya la tiene tatuada y es una devoción igual o más
grande que la Guadalupana”, platica alarmado.
El celador, considera que este auge va ligado
al incremento de la violencia, sobre todo entre los jóvenes: “Cada vez
es más peor, y lo que pasa afuera pasa adentro. Por eso aquí la utilizan
para protección”.
La directora del reclusorio, Marcela Briseño
López, tiene 20 años de experiencia en trabajo carcelario. Ella ha
respetado las diversas creencias religiosas de los internos y considera
que los reclusos recurren a dos figuras femeninas, la Virgen de Guadalupe y la Santa Muerte, “porque es una forma de hacerse compañía de la figura materna: aquí se sienten desvalidos”.
Los altares a la Santa Muerte se multiplican en las celdas del reclusorio,
sobre todo en los del llamado dormitorio seis, que parece un muladar.
Ahí están recluidos, según diversas opiniones carcelarias, los más
jóvenes, peleoneros, desmadrazos y cochinos. Hay 550 corrigendos, es
decir, quienes pasaron por alguna correccional de menores, y están
repartidos en 48 celdas: casi una docena en un espacio destinado para
seis personas, de tres metros cuadrados.
El guía
Como sabemos todo grupo tiene un líder, en este caso David Romo es la figura más popular de este culto a la Santa Muerte, sobre todo entre la gente joven. Es el arzobispo primado de la Iglesia Católica
Apostólica Tradicional México-USA que le profesa culto en su santuario
de la capital mexicana. El polémico religioso, con un pasado militar, lo
mismo casó a la actriz Niurka que es solicitado por priístas por sus
sainetes en el Congreso, y enfrenta a la jerarquía católica apostólica y
romana por estar casado, promover el uso de anticonceptivos.
En sus misas del Santuario Nacional de la Santa Muerte,
en Bravo número 35, en un barrio popular de la Venusiano Carranza es
común ver los rostros frescos y esperanzados de una juventud que, en
contraste, carga figuras mortuorias para ser bendecidas.
El promueve el uso del condón femenino y masculino, el de la píldora del día después, acepta el aborto en casos de violación y se manifiesta en contra del mito de la virginidad.
Además, abrió las puertas de su iglesia a homosexuales y travestís.
Esto
nos hace supone que tal vez el culto aumenta entre la población que de
alguna forma tiene que esconder algo no legal y/o que le haga sentir un
cierto rechazo de la sociedad mexicana actual
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